Salir
Salir de la rutina, de lo convencional, dela “realidad”
preconcebida. Salir del mundo de los compromisos comunes a todos los hombres,
esos que nos alienan, nos convierten en patéticas figuras inconsistentes, sin
vida, sin ideales, sin emociones, sin color, sin gusto, sin razón ni motivo de
pensar en una existencia afuera de las paredes que fueran levantadas por
algunos arquitectos de la vida, creadores de un sistema, éste en el que estamos
prisioneros y digita qué comemos, qué vestimos, qué escuchamos, con qué nos
distraemos, con quién cogemos y dónde cagamos.
Salir a otro escenario…vacío…en penumbras. Cruzar el
umbral y entrar en otra dimensión y
comprobar que existe la posibilidad de crear, de dar vida y que ésta sea
tangible…real. Darle algo de claridad, la necesaria para distinguir las
figuras. Buscar los nuevos sonidos, dotarlas de
movimiento cuando sea necesario y por último hacer brotar las palabras
que relaten su momento crítico.
Salir es casi como soñar, pues en los sueños se mezclan
sucesos de nuestra vida, de diferentes épocas y situaciones en una mistura que
muchas veces es horrenda, pero real, y nos plantea la dura realidad de lo que
somos y lo que sentimos y nos muestra
nuestra infelicidad y que tan bien escondemos bajo una máscara de
hipocresía.
Salir es el paso que después de ser dado no tiene vuelta
atrás. Ya nunca seremos iguales ni podremos volver a repetir las mismas experiencias, si es que
realmente lo hacemos con esa vocación, porque ya no seremos los mismos y por lo
tanto no sentiremos de igual manera, habremos salido de ese personaje ficticio
y destruiremos todo lo edificado hasta allí, sin importar quien o quienes
queden fuera, en la frontera…del otro lado.
Salir es cambiar de rumbo, aceptar sus miserias, sus
debilidades, sus desviaciones, sus verdaderos gustos siempre ocultos por
tabúes. Prohibidos por el sistema del cual ya no quedan vestigios, aquél que
sigue dominando del otro lado. Mientras que yendo hacia el punto que cada vez
toma mayor dimensión, se abre un cielo de oportunidades. Donde el hombre y su
realización son el único fin de la actividad humana.
Salir es despegarse de los hechos mundanos y pueriles, que
es cierto, condicionan todo nuestro
accionar, nadie puede vivir sin comer y
nadie puede tener acceso a la comida si no tiene con qué obtenerla. Pero una
vez conseguido el sustento, nos espera siempre el portal abierto para zambullirnos
hacia lo otro, al que no se puede llegar de ninguna manera que no sea, por
medio de una gran pasión hacia una vida ajena a los avatares mundanos. Viajar
hacia la creación, hacia un hombre nuevo, con una nueva visión de la vida, de
plena aceptación de su naturaleza, de saberse un animal favorecido por ella y
que en lo demás, salvo su raciocinio, ser
uno más del rebaño.
Salir y entrar cada instante en el juego de la mente y el
corazón, cada uno aportando lo suyo y los dos cómplices para descubrir nuevas
sensaciones y sentir al máximo la adrenalina que produce el cuerpo ante una
situación de miedo, o la torpeza del error, o el hastío de la soledad, o el
fuego de una pasión.
Salir de todo lo convencional, dar el paso y atreverme a
cruzar la línea que divide lo real de lo ficticio y entrar de una vez y para
siempre en un territorio donde todo es posible, donde el amo omnipresente es
la creación, es lo que siento cada vez
que me sumerjo en una nueva clase de teatro.
asheclownhualot
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