sábado, 13 de julio de 2013

El pobre hombre


                                          El pobre hombre


Hay entre los seres humanos el maltrato inexplicable, el ataque feroz, el deseo de destruir al oponente del modo que sea, de humillarlo, de asolarlo hasta reducirlo a menos que una cosa. No existe el otro como sujeto pensante capaz de rebatir nuestros argumentos con respeto y altura, no hay posibilidad de aceptar nuestros errores y pedir disculpas y aceptar que es el otro el que está en lo correcto. No, nada de eso, todo lo contrario, nos enfureceremos, sacaremos fuera lo peor de nosotros, lo cual no nos cuesta mucho, y nos convertiremos en una especie de aplanadora humana que pisotee cada idea del “ adversario” que para nosotros se transformó en un “ enemigo” al que hay que hacer desaparecer  de la faz de la tierra si es posible. El mejor enemigo es el que no existe!
En qué nos hemos convertido?
En qué nos han convertido?
Cuánto tiene que ver en este comportamiento inhumano el sistema desigualitario fogoneado por una incesante carga de consumismo, que nos hace pensar y creer que somos “alguien” de acuerdo con lo que tenemos, con lo que atesoramos?
Hemos dejado atrás el hombre sereno y seguro, para ir hacia un ser oscuro lleno de necesidades y obligaciones, cargado de deudas no sólo monetarias, sino y esto es lo más grave, de desafectos, de no compartir momentos…de no tomarse un tiempo ni con el mismo
Alguna vez he empleado el término hombre gris u oscuro. Este es el hombre que hoy tenemos en nuestra sociedad, el hombre con cara de bragueta, labios apretados, ceño fruncido, mirada perdida, paso acelerado, urgencia de movimientos, desconfianza total y total inseguridad.
Pero resulta entonces, que en su” enemigo” se convierte todo aquel que se interponga en su camino, sea  esposa , hijos, amigos, familia, compañeros de trabajo o subordinados, ya que todos ellos entorpecen su accionar, quitándole lo que él más necesita y valora….su tiempo. Porque en su vida todo está cronometrado, todo tiene un lapso, no se puede gastar un segundo más de lo estipulado. Y cuando esos afectos  u obligaciones requieren de él más tiempo del que tiene destinado dedicarles, se produce el quiebre y lo trata de solucionar de la manera más brutal e insensible, cómoda para él y francamente desdichada para el resto.
Se da cuenta y entiende que toda su vida ha sido una lucha por llegar a un lugar de nivel y que ahora hay una serie de” lastres” que le impiden gozar de ese buen nivel y al igual que el globo aerostático necesita para no caer eliminar carga, igualmente el hombre impío se desembaraza de cualquier afecto, el que sea, que lo esté frenando en su ascensión hacia ese status tan codiciado.

                                                                                     asheclownhualot

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