sábado, 13 de julio de 2013


El fondo del vino traidor



Anochecía lentamente, y como todas las tardes de verano empezaba a correr una fresca brisa como dándole un resuello a los cuerpos castigados por el tremendo calor de enero.
La ciudad estaba desértica a causa del éxodo producido tras la partida en masa de una gran parte de sus habitantes. Pero Pedro es uno de los que debe continuar soportando los embates de este clima impiadoso. Sentado a la mesa del bar como todas las tardes, abre el diario en la página de las carreras, mientras espera que el mozo le sirva su primer vino bien fresco. El dato que tiene es que Copetudo en la cuarta de San Isidro, gana por demolición y paga un dineral. Por ahí, voy y lo juego, pensó.
Recorrió lentamente las páginas sin mayores expectativas mientras se tomaba un sorbo del vino que estaba a punto. Casi se le cae el vaso de la mano cuando lo vio. La noticia en si era de pocas palabras y se refería a la captura de Ignacio Paredes por estafas y robos reiterados.- Pero este tipo no puede ser más pelotudo! Y ahora que mierda hago, me van a matar…me van a matar!
De un sorbo grande tomó el resto del vino, pagó y salió rápidamente y con paso vivo arrancó para su departamento a unas diez cuadras del bar. Al aproximarse  los vio parados en la vereda, en actitud impaciente mirando para todos lados. Se paró ,  no lo habían visto y dio media vuelta y se ocultó detrás de un auto , pensando, siempre pensando, como salir de esa.” Si cruzo, sin que me vean, puedo escapar por la cortada, debo esperar que haya un poco de más de transito y me pianto”. Y justo se dio que se encontraron dos ómnibus de cada lado y uno frenó y el otro al quererlo pasar armó un lío descomunal y ahí fue que Pedro sin mas cruzó por detrás de los ómnibus y desapareció por la cortada.
Había zafado, por ahora podía respirar, pero, por cuánto mas?
Estos tipos me van a encontrar y si no puedo volver a mi departamento, peor, necesito mis documentos, algo de dinero y el arma.
Levantó el tubo y dijo, por favor, sin preguntas, andá a mi departamento, vos sabés donde dejo la llave, tráeme  los documentos, la guita y el chumbo, están debajo del colchón. Estoy en el teléfono público del bar de siempre, por favor hacé de viejita así pasas sin problema, búscame en el fondo.
Cuando la vio aparecer estuvo a punto de echarse a reír, pero no lo hizo, medio como que levantó la mano para que lo viera .Realmente era una artista del disfraz y siendo hombre mucho más. Está lleno de matones, en que carajo te metiste esta vez?
Paredes está preso y tiene la guita que les debo a los fulanos y es mucha y si no les pago soy boleta ,  así que tengo que rajar, ya mismo. Tenés lo que te pedí?
Si, acá está todo lo que tenías en tu bulo. Adonde te vas?
A Uruguay, que otra, espero que los pueda despistar, para ganar tiempo y de ahí me paso a Brasil y que Dios me ayude.
Ella esperaba al menos un abrazo, pero él casi sin mirarla, yéndose, le dijo gracias por todo, cuando pueda te llamo y se fue casi corriendo.
En el Aliscafo estuvo todo el tiempo parado, mirando sigilosamente para todos lados, al llegar todo transcurrió normalmente y una vez en tierra, tomó un taxi y se alejó del centro hacia un barrio retirado que conocía y que le pareció seguro. La gente dueña de la pensión lo conocía y le debían ciertos favores, por lo cual lo acogieron inmediatamente y lo colocaron en el lugar más alejado y tranquilo y de menos exposición.
Estuvo recluido en la pensión varios días sin salir, hizo algunas averiguaciones para ver como hacer para pasar a Brasil por tierra y tuvo suerte pues unos amigos transportistas salían a la mañana siguiente de madrugada en busca de una carga de pino Paraná
Estaban yendo las cosas mucho mejor de lo que pensaba, estaba tranquilo, había zafado de los matones y en Brasil buscaría un par de amigos en Porto Alegre que le harían la gamba. De puro aburrido decidió salir de su habitación y darse una vuelta corta hasta un bar a dos cuadras de la pensión, tomarse un vino y si conseguía leer algún diario de La Argentina.
No tuvo suerte con el diario, pero si con el bar y se acomodó en el fondo y pidió un vino .El mozo le trajo el vino en un vaso grande y él lo tomó en dos tragos con un gusto inigualable, el gusto de la libertad y pidió otro. Este segundo lo bebió lento, tomándole el gusto, era un buen vino ,se dejaba tomar . Cuando lo estaba terminando en el fondo del vino, vio las formas de tres personas se le acercaban y rodeaban y le decían, no hagás quilombo por que te limpiamos acá mismo, quedate piola y nos vamos tranquilos
Sabía que era el final, que no debió haber salido, pero ahora eso era pasado, disparó el arma sin parar hasta agotar las balas y alcanzó a ver como caían dos de sus verdugos, el tiro del tercero termino con su historia.


                                                                              asheclownhualot

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